¿Odias tu trabajo? ¿Te levantas cada día con ganas de llorar porque tienes que ir a trabajar en algo que no te gusta? Yo lo hacía…
Comienzo esta aventura contigo, porque de alguna manera, gracia a ti hoy tomé la decisión de presentar mi renuncia a un trabajo estable, con contrato indefinido, muy bien pagado, con cierto prestigio social, pero profundamente desmotivante para mi.
Ahora reconozco qué era mi limitada percepción la que hablaba cuando me sentía tan miserable cada día al ir a trabajar, ahora sé que yo era la responsable de la sensación de frustración, de sentir que perdía el tiempo y salud haciendo algo que no me enriquecía mental y espiritualmente, que solo enriquecía mis miedos y pagaba mis facturas, y la vida me daba la oportunidad de seguir manteniendo esa limitada visión, porque para colmo, mi marido estaba sin trabajo y sin prestación del paro, y creía que no tenía opciones para cambiar. Pero un maravilloso día de lucidez, decidí responsabilizarme de lo que sentía, me permití mirar de frente los miedos que me limitaban para tomar la rienda de mis decisiones, para dejar de poner pretextos, dejar de justificarme y dirigir mi experiencia a otros niveles de consciencia mas elevados, decidí ser valiente y escuchar mi corazón.
Di un salto al vacío, de espaldas y con los brazos abiertos sabiendo que el poder del Universo que habita dentro de mí me recibiría del otro lado, y … funcionó, el elemento clave para acceder al poder del Amor es CREER en el poder del Amor.
No me mal interpretes, este cambió no ocurrió de la noche a la mañana, fue un proceso, donde primero me permití escuchar a mi cuerpo que somatizaba, gritaba en síntomas lo que yo no me decía en voz alta.
La gran enseñanza de esta experiencia es que el miedo fue mi maestro y permitirme verlo de frente me produjo la necesidad de sanación y comencé a actuar como si, como si me sintiera valiosa, como si supiera que soy poderosa, como si el amor fuera seguro y la vida gozosa y repitiéndome a mi misma esto día a día, momento a momento, poco a poco las falsas creencias que había creído se transformaron, me di cuenta que el sufrimiento que sentía era producto de las historias que me contaba a mi misma.
A los pocos de días de esta transformación me atreví a enviar mi currículum a varios lugares que me interesaban, y… el milagro… a los 2 días me llamaron de un lugar para conocerme, me ofrecían un trabajo que me interesaba y me permitiría seguir aprendiendo, con contrato indefinido, con menos paga, pero también con menos horas laborales. Finalmente me eligieron para formar parte del equipo y ahí sigo, aprendiendo cada día, volteando a mi interior para escucharme, para aprender a amarme y respetarme con cada experiencia que la Vida me regala.





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